Un fin de semana entre historia, naturaleza y sabores manchegos

Hace poco, Isabel y yo decidimos embarcarnos en una escapada que prometía historia, naturaleza y, por supuesto, buena comida. Destino: Almagro y Las Tablas de Daimiel, dos joyas de La Mancha que nos dejaron boquiabiertos y con ganas de volver. Aquí os compartimos nuestras aventuras para que os animéis a visitarlas también.

Primera parada: Almagro

Almagro es un lugar que parece salido de otra época. Nada más llegar, el famoso Corral de Comedias nos recibió con su encanto teatral. Paseamos por sus calles adoquinadas, llenas de casonas señoriales y rincones con historia, sintiéndonos como personajes de una obra del Siglo de Oro.

La comida fue otro gran protagonista del día. Comimos en el Parador de Almagro, un antiguo convento convertido en un oasis gastronómico. No os queremos poner los dientes largos, pero la mezcla de sabores manchegos con un toque moderno fue espectacular. Una recomendación: no os vayáis sin probar las migas y el pisto manchego. De postre, el helado de queso manchego fue el broche de oro.

Naturaleza en estado puro: Las Tablas de Daimiel

Tras disfrutar de Almagro, nos dirigimos hacia Las Tablas de Daimiel. Este humedal es un remanso de paz y un regalo para los amantes de la naturaleza. Caminamos por sus pasarelas de madera mientras los patos y garzas nos observaban con curiosidad (o eso queremos pensar). Si sois aficionados a la fotografía, este lugar es un sueño hecho realidad: reflejos en el agua, cielos infinitos y un atardecer que podría competir con cualquier postal.

Conclusión: Un viaje redondo

Entre las calles de Almagro, los paisajes de Las Tablas de Daimiel y los sabores de los paradores, nuestra escapada fue una mezcla perfecta de cultura, naturaleza y gastronomía. Isabel y yo volvimos con la maleta llena de buenos recuerdos (y alguna que otra botella de vino manchego, porque hay que saber cómo prolongar la alegría del viaje).

Si estáis buscando un plan diferente para un fin de semana, no dudéis en explorar esta región. Y si os animáis, contadnos vuestra experiencia. ¡Queremos saber qué os ha parecido!

Almagro y Daimiel

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